Wallas consideraba que la creatividad es la que
posibilita que las personas se adapten con diligencia a los entornos
cambiantes. Su modelo sobre el proceso creativo, presentado en su libro El arte del pensamiento, comprende
cuatro etapas:
Preparación:
consiste en percibir y analizar la situación, así como de todas las
circunstancias y dimensiones que influyen en ella. Es un momento con alto grado
de excitación, en el que la persona se ve impelida a investigar, analizar,
experimentar y probar diferentes posibilidades para resolver el problema.
Sin embargo, este es sólo el primer estadio del
proceso creativo. Es necesario que experimentemos esta fase de reconocimiento
del problema y recogida de información, y que las superemos pasando a la
siguiente etapa.
Incubación:
se trata simplemente de la interiorización del problema. Es un proceso interno
e inconsciente que se produce en el hemisferio derecho de la mente y supone el
establecimiento de nuevas relaciones. Al tratarse de un proceso interno,
aparentemente no provoca ninguna respuesta externa.
En ciertos casos, requiere la desconexión del
problema, para así desechar u olvidar estrategias erróneas e ineficaces.
Es una etapa de gran tensión emocional ante la duda de
si se conseguirá o no el objetivo propuesto. Esta tensión se acrecienta en la
medida en la que aumenta el tiempo dedicado a esta fase. Es por ello que muchos
proyectos son abandonados en esta fase.
Iluminación:
La solución surge de improviso, es cuando todo cobra sentido, está relacionado
y claro.
Se trata de una fase de júbilo y entusiasmo, en la que
el esfuerzo invertido obtiene su recompensa. Sin embargo, éste no es el final,
todavía quedaría una última fase en este proceso.
Verificación:
en esta fase se analiza, verifica y valida la solución adoptada. Tiene como
consecuencia su abandono, o su adaptación para ser perfeccionada o su puesta en
práctica.
http://www.edukanda.es/mediatecaweb/data/zip/1088/page_07.htm
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